21.4.09

El Jefe

21 de abril de 2009.

Tiene razón Mankell cuando dice que los gatos se esconden cuando van a morir. Fue lo que hizo constantemente estos 2 últimos días antes de su partida, cuando alternó diversos lugares ocultos del patio de adelante de la casa. Ya me lo temí cuando el sábado por la mañana no estaba en el porche esperando ansiosamente la gatarina que tanto lo enloquecía. Soné el envase para que lo escuchara pero no acudió. Lo busqué hasta que lo encontré acurrucado en una planta que mamá le regaló a Fanny. A los pocos minutos se había cambiado de sitio y luego de algunos instantes estaba ya en otro lugar; como si quisiera que no lo molestaran y lo dejaran morir en paz.

Hoy murió y es verdad que hubo negligencia por parte de todos, pero sobre todo de mi parte porque no lo llevé al veterinario para que al menos le aliviaran el sufrimiento a este bello y robusto siamés al que llamábamos Jefe porque en una ocasión tuvimos 3 gatos y el era el mayor.Tenía profundos ojos azules, el pelo marrón claro y era bastante meón, pero paradójicamente murió sin poder orinar.

Lo voy a extrañar porque me seguía a todas partes y siempre que estaba sentado en el jardín se echaba a mis pies y me acompañaba tanto cuando tenía hambre como cuando acababa de comer. Se podría decir que confiaba en mí y gustaba de mi compañía, sin sospechar que algún día lo dejaría morir, ya que sólo lo llevé al veterinario cuando llegué a casa del trabajo y Claudia lloraba y le daba agua en medio de su respiración ya disneica y prácticamente me obligó a llevarlo. Pero era demasiado tarde y luego de proferir un par de quejidos, falleció.